No se puede controlar completamente todo pero; sí tener un control de respuesta mucho mejor y eso puede ser una herramienta poderosa cuando las tensiones son altas.
La ostomía es una intervención quirúrgica en la que se practica un orificio en el abdomen para sacar fuera una parte del intestino grueso o urinario, a través del cual se expulsa las heces o la orina. Por ello, hay que colocar una bolsa para su recolección.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 2018 se constató que una de las causas para la colocación de una estoma es el cáncer colorrectal que causa 49,000 muertes al año en Latinoamérica y va al alza.
¿Qué es esto de color rojo? ¿Por qué expide un olor tan desagradable esa persona?
¿Por qué usas ropa tan floja? ¿Por qué vas constantemente al baño? ¿Por qué estás tan ansioso (a)? ¿Por qué te sientes todo el tiempo sucio (a)? ¿Por qué no te gusta estar en un lugar donde haya silencio?
La persona ostomizada sufre el hecho de ocultar el estoma por el estigma que conlleva, el “ir al baño”. Ya no tener que ir a un inodoro sino que defecas u orinas en donde sea, en el cine, en reuniones familiares, en una cita, en el trabajo, en una fiesta, durante el sexo, en la escuela, en la universidad, en fin en todo lugar donde este acto tan privado se convierte en algo público en cuanto comienzan a salir los olores de tu bolsa recolectora de heces u orina.
Cuando las demandas que exigen a un organismo, especialmente al ser humano, las situaciones en las que se encuentra o a las que se enfrenta, este organismo pone en marcha una serie de conductas, que pueden ser manifiestas o encubiertas, destinadas a restablecer el equilibrio en su transacción con el ambiente o, cuando menos, a reducir el desequilibrio percibido y las consecuencias aversivas que de él derivan. El mecanismo por el que estas conductas modulan el impacto y efectos de la fuente de amenaza es mediante los cambios que introducen en los procesos de valoración.
Así, cuando una persona se enfrenta a una situación que le produce estrés o ansiedad pone en marcha las estrategias de afrontamiento, que son de carácter intencional y deliberado.
No se puede obviar la problemática emocional que surge como consecuencia de la realización de un orificio abdominal, lo que constituye una modificación de la imagen corporal y el riesgo de alteración de la autoestima. El hecho de no poder controlar la emisión de heces u orina se asocia a sentimientos de humillación y denigración. Se ha visto que la persona ostomizada deja de realizar actividades recreativas, laborales y sociales habituales.
Orem (1993), en su desarrollo de la teoría del autocuidado, indica “El autocuidado es una actividad aprendida por los individuos, orientada hacia un objetivo. Es una conducta que existe en situaciones concretas de la vida, dirigida por las personas sobre sí mismas, hacia los demás o hacia el entorno, para regular los factores que afectan a su propio desarrollo y funcionamiento en beneficio de su vida, salud o bienestar”
¡Oh, el sufrimiento! En cuanto la descategorización social y la persona con este orificio de más o diferente a la norma no tiene la misma salud y belleza que el resto de la sociedad y esto les provoca inseguridad en sus actividades diarias, relaciones íntimas y sociales.
Ansiedad, rabia, miedo, angustia, tristeza; sentimientos ambivalentes que se presentan con regularidad ante esta condición que en sí es una derivación de alguna enfermedad crónica, o enfermedad terminal pero que conlleva una adecuación que tendrá que ser rápida ya que el “Detente, limpia y repite” será un quehacer constante.
Los factores que influyen en el buen desenvolvimiento y en la buena adaptación del estomas; son la edad en el cual fue colocado el estoma, la localización de la misma, la enfermedad por la cual se colocó, el género, sobrepeso y si el estoma es permanente o temporal. Es importante caracterizar estos factores, ya que es útil para identificar a las personas que tienen un mayor riesgo de desarrollar mala adaptación a la alteración de su imagen corporal.
Sin embargo, la comunicación, el conocimiento, la colaboración y la participación activa de la persona ostomizada en la fase preoperatoria sobre el procediendo que se le a realizar y la información/educación acerca de los cuidados que el dispositivo va a requerir, hacen que la persona ostomizada tenga un papel fundamental en el éxito integral del procedimiento y le ayuda a prepararse de la mejor manera para el cambio en la vida diaria que supone vivir con una colostomía.
¿Por qué el tema de los desechos humanos interesa tan poco, cuando son enfermedades que conllevan a defecar u orinar de una manera diferente?
¿Qué hace que estos padecimientos no interesen tanto?
Las heces nos disgustan y es por una buena razón. Ya que evolutivamente, el cerebro humano ha llegado a serle incomodo el olor de las heces u orina, porque
forma parte de nuestro llamado sistema inmune conductual que nos protege de infecciones bacterianas, y parasitarias.
Entonces, ¿cómo nos lo planteamos? Si conlleva un cambio, formemos empatía.
La cuestión es el no control de las evacuaciones, lo que nos hace generar ansiedad y vergüenza; por lo tanto mejorar la autoeficacia, enseñar habilidades de resolución de problemas. Identificar los problemas y las experiencias, para una mejor resolución de la problemática.
Es esa resolución de problemas que nos proporciona un aprendizaje significativo, resulta motivador la exploración de posibles estrategias. Las personas portadoras de estoma deberán entrenar para convertirse en solucionadores de problemas
Afrontar la nueva realidad corporal
Todo dependerá del grado de aceptación del paciente y de su entorno, así como la ausencia de complicaciones en el manejo de la estoma. El acto de vaciar la bolsa en sí puede convertirse en una experiencia negativa debido a la actualización y el reconocimiento del cuerpo. Algunas personas lo encuentran tan perturbador que restringen severamente su dieta para no tener que vaciar la bolsa.
¿Por qué detente, limpia y repite?
Como han leído a lo largo de este artículo es un detente, limpia y repite… ¿Ya te limpiaste? Te detuviste en lo que estabas realizando para poder asearte y cuando estas satisfecho de tu limpieza; ¿Te tuviste que detener de nuevo en cuestión de minutos? Repite, repite… es una pequeña lucha entre la solución a tu problema que es el estoma, y las complicaciones sobre la limpieza y el olor que tienes que “Detenerte, limpiar y repetir…”
Oye, ¡La bolsa está llena! ¿Qué es esto? ¡Aire, en la bolsa! ¡Me presiona el estómago! ¡Tengo que buscar un baño para sacar el aire que la comprime!
Detente, limpia y repite…
Quitar el gancho, despegar el velcro; limpiar la boquilla y sentirse con la misma suciedad, porque sabes que las heces u orina quedaron pegadas en la bolsa…
Entones, tienes que aprender a manejar el dispositivo de la ostomía y gestionar diferentes emociones, como el miedo o la inseguridad a una fuga en el que las heces u orina no se introduzcan en la bolsa y se escurran. Además, todo ello sin dejar de cumplir con las responsabilidades o metas personales que cada uno tenga.
Pero ¡Detente! Está bien, no tan bien como quisieras, pero…se puede trabajar, hacer deporte, viajar,… en definitiva, se puede llevar una vida plena. Para conseguirlo, es fundamental contar con la información adecuada antes y con un correcto apoyo a nivel sanitario y psicosocial antes y después de la intervención. La orientación, ayuda y consejos del personal sanitario especializado, entre los que se encuentran la estoma terapeuta, psicólogos, personas con el mismo padecimiento y asociaciones.
Estos cambios imponen un ejercicio cognitivo y comportamental de adaptación. El proceso comienza en el entorno hospitalario, el momento en el que la persona toma realmente conciencia de su estado debiendo, en primer lugar, afrontar la situación. El afrontamiento incluye una serie de comportamientos muy variado cuya finalidad es restablecer el equilibrio perdido. Algunas estrategias van dirigidas a paliar la carga emocional negativa mientras que otras actúan directamente sobre el problema tratando de solucionarlo o de percibir cierto grado de control sobre él.
Sin embargo, no todas las estrategias resultan efectivas. La adaptación a la ostomía exige la presencia en mayor o menor medida de estrategias dirigidas a la solución de problemas. En este grupo se incluyen comportamientos como buscar información, acudir a los profesionales en busca de ayuda técnica, aprender el manejo de la estoma, implicarse en el autocuidado o analizar los problemas que pueden ocasionar en su rutina buscando soluciones para ellos. Cuando se prescinde totalmente de este tipo de actitudes, la persona delega los cuidados en otra persona, alterando su grado de autonomía y tendiendo al aislamiento social.
La adaptación es un proceso dinámico que se inicia con la realización del estoma y debe continuar cuando se sale del entorno protegido que es el hospital. El retorno al ambiente socio-familiar de cada individuo impone nuevos retos para la adaptación y nuevas fuentes de estrés. Se inicia entonces un largo camino para la persona ostomizada en el que debe asumir en solitario los cuidados del estoma, la vuelta a la vida social, reanudar la actividad sexual, las actividades de ocio o comenzar a trabajar. Todo ello exige un esfuerzo de reajuste para ir superando las dificultades. Pendiente de un baño cerca todo el tiempo…
¿Cómo ayudar a un paciente a superar el elevado riesgo de afrontamiento inefectivo que tiene por ser sometido a un tipo concreto de cirugía que cambia de forma drástica su cuerpo y la íntima necesidad básica de eliminación?
Se destaca que el individuo con patología colorrectal crónica necesita de apoyo psicológico y, en algunos casos, intervención de psicoterapia, cuyo objetivo es ofrecer espacio para trabajar los aspectos que puedan colaborar para el fortalecimiento del enfrentamiento de la enfermedad, para que le ayude en la elaboración y en el proceso de enfermedad, por medio de acompañamiento y orientación constantes
Un yo ontológico
Un yo psicológico
Un yo sociológico
¿A que me refiero con un yo ontológico, psicológico y social?
Un yo ontológico dotado de alma y espíritu. Un yo psicológico de mente y cuerpo y un yo social en la interacción con el otro.
En este momento, el paciente comienza a familiarizarse con sus síntomas y piensa en las repercusiones de su enfermedad que van más allá de las dolencias físicas del momento. Conociendo que su enfermedad es crónica toma conciencia de los cambios que se van operando en su forma de vida: dieta, medicación, trabajo y, en general, reflexiona sobre sus limitaciones y capacidades. Esta visión sobre la enfermedad se apoya en los sistemas de valores y creencias de la sociedad en que vive; esto es, toma como referencia las creencias que una persona sana tiene sobre los afectados por una enfermedad crónica. En nuestra cultura hay una devaluación social del enfermo, percibiéndolo como una persona distinta a la mayoría, inferior. Desde esta perspectiva el afectado empieza a percibirse como alguien que no puede tener proyectos, no puede trabajar, no puede mantener su papel en la familia, etc… En definitiva, aparece ante sí mismo como un ser vulnerable y lleno de limitaciones. La creencia del sano que considera al enfermo como un ser débil, marginado, unida a los obstáculos que se interponen entre lo que hacía antes y lo que puede hacer ahora suele ir asociada a inseguridad, distanciamiento social, vergüenza de sí mismo y, en último término, a un elevado riesgo de inadaptación personal familiar y social. El sujeto enfermo pone en cuestión este sistema de valores.
Se ha jugado una segunda oportunidad dando un valiente paso de la enfermedad o la muerte…
Hay cicatrices que dan fuerza para luchar, a unos porque las sentimos y a otros porque las vemos.
La risa, ¡algo muy serio!
Viktor Frankl (1999), al aplicar la intención paradójica moviliza también la capacidad exclusivamente humana del humor. “Cuando un paciente está abrumado por un problema del cual no tiene una visión clara, Frankl trata de exagerar cómicamente el problema a los ojos del paciente al grado que le parezca ridículo y cómico”.
Las estrategias de afrontamiento (a veces llamadas con el término inglés coping) hacen referencia a los esfuerzos, mediante conducta manifiesta o interna, para hacer frente a las demandas internas y ambientales, y los conflictos entre ellas, que exceden los recursos de la persona. Estos procesos entran en funcionamiento en todos aquellos casos en que se desequilibra la transacción individuo-ambiente. Se trata de un término propio de la psicología y especialmente vinculado al estrés.
Cabe resaltar que no debemos confundir el afrontamiento con el dominio del individuo sobre el entorno; el afrontamiento se trata de una forma de manejar situaciones que pueden generar estrés en el individuo, con las que busca tolerar, minimizar, aceptar o ignorar aquello que sobrepasa sus capacidades, ya sea resignificando el estímulo, a través de las acciones, pensamientos, afectos y emociones que el individuo utiliza a la hora de abordar la situación desbordante. Por tal motivo el afrontamiento forma parte de los recursos psicológicos o psicosociales que el individuo utiliza para hacer frente a situaciones estresantes, y en la cual ejerce un efecto de mediación.
Existen tres características de las estrategias individuales, a partir de las cuales pueden ser clasificadas, según estén dirigidas a:
La valoración, búsqueda del significado del suceso
El problema, busca confrontar la realidad, manejando las consecuencias.
La emoción, regulación de los aspectos emocionales e intento de mantener el equilibrio efectivo
Por lo consiguiente se enfocan en las estrategias centradas en el problema, centradas en las emociones y las basadas en la evitación.
“Puedes hacer amistad con la emoción, la situación difícil en tu vida, no necesitas pelear, no necesitas rendirte por el problema, se su amigo”.
No se trata de solucionar algo, sino de ayudarle a cambiar su relación con las circunstancias.
¡Socialicemos el conocimiento!
¿Y tú sabias lo que era una ostomía y las repercusiones psicológicas que conlleva, este padecimiento?
¿ Crees que no podría pasarte algo similar, a ti, o alguna persona cercana?
Hola, soy Vandria Martínez estudiante de último año en psicología clínica en la Universidad Mariano Gálvez de Guatemala.
Detente, limpia y repite… soy una persona ostomizada desde hace 29 años, a consecuencia de la enfermedad de hirschsprung y actualmente también padezco colitis ulcerosa.