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Hemorragia digestiva superior: la importancia del abordaje oportuno

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Cuando mencionamos sangrado o hemorragia nos referimos a la pérdida de uno de los fluidos más importante de nuestro cuerpo: la sangre. Por diferentes causas hay perdida hemática a través del tracto digestivo, bien sea proveniente esófago, estómago, duodeno, intestino delgado, colon o recto. El sangrado digestivo superior se presenta en forma de vómitos oscuros en borra de café o sangre roja fresca y/o evacuaciones negras, en ocasiones cuando el sangrado es profuso se presenta con evacuaciones rojas con coágulos. La mayoría de los afectados son del sexo masculino, mayores de 60 años. La causa más frecuente es la presencia de ulcera péptica bien sea duodenal o gástrica.

Otras causas incluye varices esófago− gástricas, erosiones duodenales o gástricas; esofagitis péptica, desgarro de Mallory Weiss entre otras. El uso de anti−inflamatorios no esteroideos incrementa en tres a cinco veces el riesgo de sangrado. Enfermedades concomitantes en el paciente le agregan pronóstico adverso a esta entidad, como por ejemplo enfermedades cardiovasculares, insuficiencia renal crónica, Enfermedad Hepática crónica, diabetes mellitus, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, alteraciones plaquetarias y trastornos de la coagulación entre otras. El manejo incluye evaluación cuidadosa de la hemodinamía del paciente (tensión arterial, frecuencia cardiaca, pulso y frecuencia respiratoria), es preciso conocer niveles de hemoglobina y hematocrito, pruebas de coagulación, plaquetas, investigar signos de falla de órganos para estratificar la severidad del sangrado y tomar decisiones e individualizar los casos para adecuar el manejo hospitalario y/o ambulatorio. Se disponen de escalas ya preestablecidas que caracterizan a los pacientes con sangrado digestivo superior permitiendo predecir la necesidad de transfusiones o la intervención endoscópica oportuna.

La endoscopia digestiva superior, gastroscopia o esófago−gastro−duodenoscopia constituye la principal herramienta diagnostica para establecer causa del sangrado, permitiendo el tratamiento adecuado en el 95 % de los casos; debe realizarse en las primeras 24 horas del inicio de la hemorragia digestiva permitiendo de esta forma estratificación de riesgo temprano, diagnóstico y terapéutica; otras ventajas de la endoscopia temprana lo constituye el hecho de disminuir las necesidades de transfusiones sanguíneas y reducir la estadía hospitalaria, adicionalmente el diagnostico y la respuesta al tratamiento endoscópico predice él porcentaje de re sangrado, categoriza la necesidad de cirugía y el riesgo de mortalidad. Paralelamente con el tratamiento endoscópico debemos administrar tratamiento farmacológico utilizando agentes supresores de ácido (inhibidores de bomba de protones). El tratamiento endoscópico de ulcera péptica sangrante incluye: inyección de agentes esclerosantes, uso de agentes mecánicos como hemoclips, mini loop, bandas elásticas o ligas y el uso de agentes térmicos con corriente monopolar, bipolar, argón plasma coagulador.

El manejo a largo plazo de ulceras sangrantes incluye la prevención secundaria con el tratamiento de infección concomitante por Helicobacter pylori, eliminar el uso innecesario de aspirina y agentes antiinflamatorios no esteroideos.

Podemos concluir, sangrado digestivo superior es un serio problema que compromete la vida del enfermo; estabilidad hemodinámica y maniobras de resucitación son claves en el manejo de esta entidad; endoscopia temprana es fundamental para el diagnóstico y tratamiento de la causa de sangrado disminuyendo la probabilidad de re sangrado, tratamiento quirúrgico y mortalidad.
* Prof. Post Grado Gastroenterología HUM/ LUZ Miembro Fundador y Ex Presidente de SOVED rosarangelperez@gmail.com

Información Sacada De: www.entornointeligente.com

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