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La exposición temprana a gérmenes tiene beneficios duraderos

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Se piensa que la exposición a gérmenes en la infancia ayuda a reforzar el sistema inmunológico y a proteger a los niños para que no desarrollen alergias y asma, pero las vías por lo que esto ocurre no han sido claras. Recientes investigaciones aportan nuevas perspectivas al interrogante.

Actualmente, los investigadores han identificado un mecanismo en ratones que podría ayudar a explicar el papel de la exposición a los microbios en el desarrollo de asma y colitis ulcerosa, una forma común de enfermedad inflamatoria intestinal.

En un estudio publicado en internet por Science, los investigadores muestran que en ratones, la exposición a microbios en las primeras etapas de la vida puede reducir el inventario del cuerpo de células T asesinas naturales invariantes (iNKT, por sus siglas en inglés), que ayudan a luchar contra infecciones pero que también pueden atacar el cuerpo, causando una gama de desórdenes como asma y enfermedad inflamatoria intestinal.

El estudio apoya la “hipótesis de higiene”, que afirma que estas enfermedades autoinmunes son más comunes en el mundo desarrollado, donde el predominio de antibióticos y antibacterianos reduce la exposición de los niños a los microbios.

“Nosotros, como especie, no estamos expuestos a los mismos gérmenes a los que nos expusimos en el pasado”, dice Dennis Kasper, coautor del estudio y microbiólogo de la Escuela de Medicina de Harvard, en Boston.

Los investigadores indujeron a dos grupos de ratones -ratones libres de gérmenes (LG), criados en un ambiente estéril, y ratones sin patógenos específicos, criados bajo condiciones normales de laboratorio- para que desarrollaran ciertas formas de asma o colitis ulcerosa.

Los ratones LG tenían más células iNKT en sus pulmones y desarrollaron síntomas más severos de las enfermedades, indicando que la exposición a microbios de alguna forma estaba influyendo en el nivel de células iNKT y hacía que los ratones LG fueran más susceptibles a enfermedades inflamatorias.

El estudio también encontró que la falta de exposición en las primeras etapas de la vida no se podía compensar exponiendo a los ratones adultos LG a una amplia gama de microbios.
En busca de un mecanismo que explicara la influencia de la exposición a los microbios, los investigadores dieron con la CXCL16, una proteína señalizadora asociada con la inflamación y las células iNKT.

La expresión de la CXCL16 fue más alta en tejidos del colon y pulmones de ratones LG que en ratones normales, y bloquear esa expresión reducía la cantidad de células iNKT y la cantidad de inflamación en esos tejidos.

Gérmenes y genes

Un análisis del gen que codifica la CXCL16 mostró que cinco regiones del gen se superexpresan en los ratones sin gérmenes debido a la metilación del ADN, la adición de grupos metilo a la cadena de ADN que puede alterar la protección de ciertas proteínas.

“Después, jugamos con distintos componentes que pueden controlar la metilación del ADN”, explica Kasper. “La metilación aumentó la respuesta de la CXCL16 y resultó en niveles más altos de células iNKT”, subrayó.

Kasper dice que estos resultados sugieren una vía: sin exposición a ciertos microbios, la metilación incrementa la expresión de la CXCL16, lo que por último eleva el número de células iNKT e inflamación.

“Probablemente hay algunos organismos específicos y moléculas producidas por éstos que influyen esta vía”, opina Kasper. “Pareciera que hay algo que fija el termostato a muy, muy corta edad, pero no sabemos qué es”, admite.

Sigue sin quedar en claro si en los humanos opera una vía similar, pero los resultados “complementan lo que vemos en epidemiología”, dice Erika von Mutius, directora del Departamento de Asma y Alergia del Hospital de Niños de la Universidad de Múnich, en Alemania. “Apoya la idea de que el microbioma es muy importante y que la edad de exposición es decisiva”, apunta.

Daniel Peterson, experto en inmunología del Instituto Médico Johns Hopkins, situado en Baltimore, sugiere que el estudio tiene limitaciones porque ningún humano puede estar tan libre de gérmenes como los ratones usados en el estudio, independientemente de su grado de aversión a la tierra. No obstante, para Peterson el documento de investigación es provocador.

“El descubrimiento impactante es que se tiene este incremento persistente de largo plazo de células iNKT que no se revierte después con microbios convencionales”, dice. “Realmente abre muchas preguntas sobre cuánto dura esta ventana y qué microbios participan”, finaliza.

Noticia Sacada De: losandes.com.ar

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