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Tabaco y enfermedades reumáticas

El tabaco es un hábito nocivo que produce alteraciones en casi todos los órganos, no siendo saludable para nadie, independientemente de su estado de salud previo. La influencia negativa sobre el sistema respiratorio y el aumento del riesgo cardiovascular (angina de pecho, infarto, trombosis, etc.), son los efectos contraproducentes más conocidos por todos, de ahí la habitual recomendación que les hacemos los profesionales sanitarios. Pero el tabaco, ¿también es malo desde el punto de vista reumatológico?. Los pacientes con enfermedades reumáticas inflamatorias (artritis reumatoide, espondiloartritis y artropatía psoriásica), tienen incrementado el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares respecto a la población general. Por este motivo, hemos de evitar y tratar todos los factores que aumenten la aparición de estas enfermedades: no fumar, normalizar el colesterol y triglicéridos, evitar la hipertensión y sobrepeso, etc. Aquí, cada vez los reumatólogos somos más exigentes, porque las evidencias nos repiten que nuestros enfermos tienen más complicaciones en este sentido, aumentando su mortalidad.

TABACO Y ESPONDILOARTRITIS

Espondilitis anquilosante, artropatía psoriásica, artritis reactivas, artritis asociada a la enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, etc… Todos estos pacientes tienen una especial afectación de la columna, pero también se afecta el pulmón, ya que disminuye la capacidad pulmonar al disminuir la movilidad de la caja torácica por la alteración en las articulaciones que unen las costillas tanto con el esternón como con la columna.

En los últimos años, la utilización del TAC de forma más extensa ha permitido detectar una frecuente alteración de los bronquios en estos pacientes. Además, un 2% de enfermos con espondilitis de larga evolución, pueden tener una fibrosis pulmonar, el pulmón se hace rígido. Estas tres situaciones descritas, aumentan el riesgo de tener infecciones respiratorias, por lo que indudablemente, suspender el hábito tabáquico va a mejorar la evolución de la enfermedad. Pero además, al tratarse de una enfermedad inflamatoria, es fundamental evitar todos los factores de riesgo cardiovascular y el tabaco es uno de los más evidentes.

TABACO Y ARTRITIS REUMATOIDE

Nos enfrentamos a la enfermedad reumatológica inflamatoria por excelencia y por tanto, ya hemos dicho que los pacientes que la sufren tienen incrementado el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Ante un paciente con artritis reumatoide, seremos exquisitos en evitar cifras elevadas de tensión arterial, en normalizar los lípidos y en evitar el tabaco. Como en el caso anteriormente descrito, un porcentaje de pacientes con artritis reumatoide, desarrollan una fibrosis pulmonar y por tanto, el tabaco empeorará su pronóstico.

Muchas de las enfermedades reumáticas y entre ellas la artritis reumatoide, tienen un componente genético pero existen factores ambientales que favorecen su aparición. Está demostrada la influencia positiva que tiene el tabaco en la aparición de artritis reumatoide y sobre todo la artritis relacionada con los anticuerpos anticitrulinados, que es la que presenta una peor evolución. Recientemente, el Dr. Alejandro Balsa (Hospital La Paz), ha confirmado esta relación, destacando que una persona con antecedentes familiares de artritis reumatoide y que fuma, multiplica por diez el riesgo de tener esta enfermedad, riesgo que solo se multiplica por cuatro si no fuman. Para normalizar este incremento de riesgo de enfermar, han de pasar al menos diez años sin tabaco.

Podemos pues concluir que el tabaco es también perjudicial desde el punto de vista reumatológico: «si tiene una enfermedad reumática o antecedentes familiares de la misma, NO FUME». Afortunadamente, disponemos de grandes tratamientos que al disminuir la inflamación mejoran estas perspectivas, pero necesitamos su colaboración.

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